Durante mas de medio siglo permanecieron guardados en algún olvidado cajón, una crónica de 15 páginas escritas por mi bisabuelo, relatando los avatares, las peripecias y sus éxitos de su nueva vida como inmigrante en la ciudad de Buenos Aires a partir del año 1889. Con la llegada del Internet y sus infinitas posibilidades de comunicación global, me parece oportuno publicar este documental escrito como una historia más de las miles y miles – conocidas o ya olvidadas para siempre – sobre los nuevos comienzos de una vida en la República Argentina.
Estos relatos, sin ninguna ambición literaria, tienen como fin preservar en el presente y el futuro experiencias personales y panoramas políticos y sociales de aquel entonces en un país que, más de 100 años después, sufre del efecto inverso: un vaciamiento emigratorio que hace recordar al de Europa a fines del siglo XIX.
El continente europeo de aquél entonces vivía en una relativa calma, sin conflictos bélicos internacionales, lo que permitió la toma de conciencia sobre la situación de la clase trabajadora y obrera, y así preparar el escenario de la revolución rusa del el año 1907 . De los motivos e impulsos que incentivaron a miles de europeos a buscar nuevos horizontes en tierras lejanas se podría escribir páginas y páginas por la disparidad de situaciones personales y la situación política de los distintos países de origen. Sin embargo, se puede afirmar con certeza que sin un espíritu aventurero y colonizador que colmaron a estos nuevos habitantes de nuestra tierra, esta inmigración no hubiese tenido lugar, al menos en ese período histórico.
Actualmente, la gran mayoría que decide abandonar nuestro país pertenece a la clase media (o a la que hasta hace algunos años era), favorecidos por pasaportes europeos heredados de la generación de inmigrantes que se radicaron en nuestro país a lo largo de mas de un siglo. A lo mejor, con suficiente sabiduría política en el futuro, los argentinos sabrán guardar para sí ese material humano tan valioso que lo caracteriza y tentar nuevamente a hombres y mujeres de todo el mundo a inmigrar nuevamente en nuestro país tan poco densamente poblado para volver a darle el brillo, la calidez, la pujanza, y la hospitalidad que hace tanto tiempo nos caracterizaba y que tan valorados y reconocidos eran mundialmente.
Cabe señalar que el original fue escrito en francés, esmerándome lo mejor posible a preservar en la traducción el tono familiar y espontáneo de mi bisabuelo, omitiendo algunos párrafos un poco confusos o demasiados detallados sobre precios y otros detalles de contabilidad . El album de fotografías que documenta la empresa fundada por Gabriel Tarris, no lleva fecha alguna, pero es fácil de deducir que las fotos fueron hechas a fines de los años 20, o poco después del año 1930.
– Enrique Pablo Tarris, Detmold, Alemania, 10 de julio de 2015
Capitulo I