Cap. XI
Los tres años siguientes me trajeron un beneficio de 34.000 pesos, a pesar de diversos inconvenientes como los que tuve con la construcción de las 14 puertas del Teatro Colón. Durante la visita del Dr. Ortiz Basualdo, que era cliente mío, recibo de él un plano muy detallado de las 14 puertas del Teatro Colón a fabricar. Él pertenecía a la comisión del teatro. Me aconsejó estudiar detenidamente este proyecto sin comentar nada a nadie. En el día de la abjudicación, le tenía que entregar mi oferta a sobre cerrado personalmente. Al día señalado, cumplo con sus indicaciones y me vuelvo a casa.
Y así ocurrieron las cosas: el arquitecto Dormel procedió a la abertura de sobres lacrados para la licitación, 11 en total. Por cada puerta a construir, Maple pedía 2.360 pesos, Cascarini 2.300 pesos, Motteau 2.290 pesos, Pini&Barandelli 2.250 pesos, etc. Resumiendo, todas las ofertas superaban los 2.100 pesos.
Fue en ese momento en que el Dr. Ortiz Basualdo pidió autorización al jefe de la Comisión, señor Dormel, para abrir el sobre cerrado " de mi carpintero artista". Dormel le autorizó la abertura del sobre y de la puesta en conocimiento de mi oferta: 975 pesos por cada puerta. Dormel hace la observación que el carpintero Tarris le es desconocido.
“Pero no importa”, dice, y agrega: “Si él pierde plata, será en beneficio del Teatro.” Tiempo más tarde suena el teléfono en casa y Dormel me dice: “Usted se ha comportado como el más vil de los napolitanos. Tendría que haberme consultado primero.”
Yo le expliqué que el Dr. Ortiz Basualdo me lo había prohibido. La misma noche, el señor Motteau, muy amigo mío, viene a visitarme y me cuenta que Dormel aspiraba a una comisión en forma de un automóvil que costaba aproximadamente 6.500 pesos.1
Otro caso digno de mención es el de la señora Unzué, domiciliada en la calle Suipacha esquina Juncal, Esta señora me llama y me entrega todos los planes de su casa, construída por el arquitecto Christophersen, que comprendía 16 ambientes, grandes y chicos, con cajones de persianas decoradas en varios de ellos, chimenea de mármol y otros ornamentos más. Me dió 15 días de plazo para diseñar la decoración completa de la casa.
Al cabo de algunos días le entrego 10 páginas de croquis y muchos dibujos más. Los cálculos de costo me horrorizaban, aún no habiendo preguntado cuánto lujo en esta decoración era deseado. Le hize un presupuesto de 45.235 pesos. La señora me recibe, y sin darse la molestia de estudiar el proyecto, mira el monto a pagar, dirige la mirada a su marido, y riéndose le dice: “Mirá, Héctor (Cobos). ¡Y yo que quería gastar 200.000 pesos!” Señor Tarris: “No vale la pena. Voy a encargar la decoración en Paris.”
La Casa Jansen de Paris fue la que realizó este trabajo a un precio de 750.000 pesos. Yo me limitée a colocar los paneles de madera y de la instalación de todo el resto a un precio de 20.000 pesos.
Mi hijo Auguste, nacido en Toulouse, tuvo que retornar a París para hacer sus 2 años de servicio militar y posteriormente, a partir de 1907, se quedó como aprendiz decorador en esa ciudad durante unos meses. Mas tarde ingresó al College Lacordaire para estudiar contabilidad. En 1908 compré al señor Gallino la vieja casa de al lado para agrandar el negocio. Pagué por ella 52.000 pesos. El terreno tenía 400 metros cuadrados y para la construcción de la nueva casa hice un contrato con el arquitecto belga Powell por un precio de 22.000 pesos sin decoración. Ésta me costó posteriormente unos 5.000 pesos más, inclusive el parquet en todos los ambientes . La casa “Muebles Tarris” había tomado Más importancia aún y el señor Malpeli nos dió el proyecto de la decoración e instalación del Banco Popular, situado en la calle San Martín 229. Tres años más tarde, este banco fue comprado por el Italo-Belga. En 1910 tuvo lugar la Exposición Francesa de Arte y Amoblamiento mas la exhibición de modas, joyas, y otros artículos de lujo. Las 12 casas de muebles de Paris estaban representadas: Forest, Jansen, Keller, Sormani, Poteau, y otras. Esta exposición nos favorizó mucho en hacernos conocer más todavía, a pesar de que los beneficios fueron menores que en las exposiciones anteriores. Los muebles de las casas francesas fueron vendidos a bajo precio para no tener que ser retransportados a Francia. Sormani nos dejó 3 muebles para la venta. Para uno de ellos querían 750 pesos, vendiendo uno de los nuestros muy parecido a 240 pesos .
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